sábado, 13 de diciembre de 2014

Solo Tú

Después de una hora y media  de retraso embarcamos con lentitud y  ya podía empezar a dejar atrás  las  inquietas ganas de  poderte ir  a ver, melodías  de música clásica suenan de fondo en un intento  de amansar a las fieras cabreadas sin paciencia que llegan de las salas de embarque. Lo que  sucede a mí alrededor es un poco  caótico, con gente protestando y gritando como si sus pequeños y frágiles mundos se vinieran abajo por una simple espera cómodamente  sentados y sin despegarse de sus teléfonos como si la vida les fuera en ello. Aún  en el medio de esa  multitud  siento que nada es capaz ni siquiera de rozarme, como si fuera en el interior una pequeña burbuja que me aísla de todos estos personajes kafkianos manteniendo mi felicidad intacta sin que nadie me la pueda robar. Debo ser  el único que camina por este estrecho pasillo en busca de su asiento con una gran  sonrisa mientras los demás se preguntan de que manicomio me habré escapado y por que coño sonrío mientras todos están cabreados y estresados de aguantarse a ellos mismos. Me ha tocado asiento de  ventanilla y eso aún me hace más feliz, mientras soy incapaz de dormir podré asomarme al majestuoso infinito  bañado  de nubes blancas como algodones de azúcar  recordándome  el  patio del recreo donde jugábamos a ser novios sin contratos, donde corríamos libres dando vueltas sin ningún destino  y nunca nos llamaban para volver a clase. Solo tú dejabas que te robara la merienda fingiendo que no te importaba y eso hacia temblar mis rodillas de pavor por estar enamorándome de ti.


                              Yo puedo resistir todo,  menos la tentación. 

                                                                                          (Oscar Wilde)   




Despegamos y pienso en tí otra vez  manteniendo mi consciencia en el diván de tus rodillas cuando desnudas tu alma y arropas mi memoria con los pequeños detalles de tus horas perdidas sin que el tiempo nos moleste y solo pueda recoger las palabras que llevan meses atrapadas en tí  aguardando para que yo pueda convertirlas en recuerdos. Esos recuerdos que nos alimentan en las despedidas, un pequeño objeto, una leve palabra, una rápida imagen, una canción que ya casi ha perdido su melodía de tanto escucharla, recuerdos que nos alimentan y no dejan que podamos morirnos por las flechas arrancadas de nuestro corazón. Ys sé lo que estas pensando… nunca serás jamás un  recuerdo, solo presente, da igual la distancia, las estaciones o los caramelos de menta que lleves en el bolsillo, solo tú, hoy, todo lo demás carece de importancia y si lo piensas detenidamente  ni siquiera aún existe. Sentado en este avión a miles de metros sobre la tierra  son tus alas las únicas que me mantienen en el aire y tus manos las que mantienen mis pies en el suelo.



"Si no era amor, era vicio. Porque jamás una boca me hizo regresar tantas        veces por un beso." 

                                                                                                   (Bécquer)





Al fin logro ver esa sonrisa que derrite mi mundo  detrás de un empañado cristal donde los niños dejan sus mensajes dibujados con los dedos, bajo las escalerillas del avión como si fueran dándome la enhorabuena por la suerte que tengo de que seas tú quien me robe el aliento sin preguntas ni silencios escondidos detrás de la puerta de aquel jardín. Las palabras  nunca van a alcanzar para  poder describir a la maravillosa deidad  que guarda mis sueños tras ese cristal. Como el faro que guía a los marineros después de una dura jornada en su vuelta a casa esperando un fuerte abrazo que los reciba. Como la madre que calma a un niño cuando llora desconsolado. Como el agua fresca que  te da la vida en un día de bochorno. Como las historias que te contaban de pequeño para que te portaras bien. Como una caricia llena de ternura mientras no puedes contener las lágrimas que recorren tus mejillas. Como todo el helado de vainilla de la ciudad. Como toda  la poesía de un  pequeño libro guardado en el cajón  muriendo de melancolía . Como la diferencia entre amor y odio. Como la brisa que te despierta de una dulce noche. Como el mejor final  de una película que cualquier guionista haya podido escribir. Como el mejor orgasmo no fingido. Como los sabores y aromas de una cena romántica  que recorren toda la casa persiguiéndote a besos. Como un día soleado donde todos los pantalones son cortos y las cervezas están frías. Como un beso cálido. Como un beso suave que te roza los labios queriéndose quedar  para siempre. Como un beso apasionado. Como un Te Amo. Como la Felicidad. Como tú. Solo tú. Tú.



"Recordar las cosas que se han ido es, en definitiva, una manera de retener algo de ella y eso, quizá, rescata la alegría pasada, cuando la felicidad era plena, total. Sin embargo, ese recuerdo de la felicidad que se fue encierra en sí, la misma, indestructible, tristeza."

                                                                                                            (Pablo Neruda)






                                                        Videoclip de Vetusta Morla
                                                              (  Maldita dulzura )

                                                     04. Maldita dulzura vmOSRM (HD)
                                                   
                                                     

 



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