Al contemplar el vuelo de una cometa y sorprenderse con el galope de caballos en libertad mostrando toda su pureza consigue esbozar una pequeña sonrisa, alberga esperanza y vuelve a reconocer la belleza de la vida que se le escapa si no lucha.Tiene que saber que hay una vida que es de verdad, no hay mentiras ni falsas ilusiones, hay luz y consciencia, no digo que no vaya a volver a haber dolor pero sí verdad y caminos rodeados de flores y árboles centenarios para resguardarla del sol cuando le haga falta.
Se apoya en mis hombros cuando ese tranvía va lleno, siento sus brazos sin querer hacerme daño solo quiere no volver a caerse, es maravilloso cuando me mira y sonríe sin que yo me de cuenta. Caminamos juntos hacia un banco vacío en medio del parque y quema los recuerdos de su pasado aunque en su cabeza ya los ha dejado atrás. Lavo las heridas de su espalda conteniendo las ganas de gritar de rabia.Aún tiene miedo pero empieza a confiar en mí y a caminar sola rodeada de gente por el centro de la ciudad sin perderse.Ya bromea y hace que me bañe en el mar helado mientras se ríe en la orilla, salta encima de la cama y disfruta de los fuegos artificiales. Aún tiene momentos difíciles y destroza la habitación esperando que desaparezcan los fantasmas para siempre. Nos abrazamos en aquel banco vacío mirando solo al presente.Vuelve a reconocer a las personas buenas y a preocuparse por ellas olvidándose de si misma por momentos, cuando duerme no sueña y su respiración es suave y pausada por primera vez,cojo su mano mientras acabo de leer el Arte de Amar de Erich Fromm para que nunca se vuelva a despertar en un mundo que no reconozca.
Acabo de llegar a tu blog, precioso. Me encanta este post.
ResponderEliminarGracias!! Me alegro que te guste.
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