martes, 26 de noviembre de 2013

En un rincón de mi memoria

Te escondes en un rincón de mi memoria  como la  niña  se esconde en el desván para leer un cuento a luz de una vela, eres cautelosa y dejas volar tu fantasía.

Construyes mis pensamientos en un alarde de tu  magia para que solo pueda ver lo bueno que hay en ti, estoy solo en medio de la vida, espero en la parada de autobús junto a una anciana que me observa con  la mirada apagada , me despierto y camino con los pies desnudos sobre la nieve, soy una marioneta alejada de la realidad, la sangre que corre por mis venas esta infectada por el veneno de tus labios, no permites que nadie coja mi mano por el temor  a que olvide cuantas vidas me has salvado.

Tienes que dejar de esconderte cuando paseamos por el bosque, un día no te voy a encontrar y no te va a  servir  dejarme  un rastro de pétalos negros para que encuentre el camino  que me lleve a tí. Quiero vivir en un jardín de girasoles en busca de los rayos del sol que iluminen mi alma. Sal del escondite en el que vives y trata tú de recordarme porque vivir a tu lado puede ser mejor que levantarme todos los días en compañia de un ángel.

Te escondes en un rincón de mi memoria cuando espero que las luces de la ciudad iluminen mis pasos pero no dejas que llegue a casa, siempre llego tarde , la cena se enfría encima de una mesa llena de ilusiones y sueños. Quiero descansar junto a un fuego de leña  y escuchar a Leonor susurrarme poemas con melodías dulces que no arañen mi corazón.

Tengo la extraña sensación de alejarme de la realidad cada vez que te abro la puerta y eso te produce un chute de placer, como una ola de calor que recorre tu cuerpo de forma instantánea, te relajas y olvidas todo tu dolor y por supuesto vuelves a por mas y en dosis mas grandes.

Te escondes en un rincón de mi memoria a través de conexiones neuronales que son pura química pero la química no le da alas a mi corazón , solo el amor da alas a mi corazón y mi capacidad para reproducir tus palabras disminuye a la vez que tu alma se apaga como la vela del desván.
Voy a dejar que la niña acabe el cuento porque no quiero ser yo quien acabe con su inocencia.





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