lunes, 29 de julio de 2013

Escapada a Madrid

Cuatro días en la ciudad de Madrid, una ciudad por la que tengo predilección, donde viví quince meses en los años noventa y que me enamoró  en la mejor época de mi vida hasta el momento. Ha sido una  escapada de la rutina de mi día a día y un descanso del sol y la playa  para alimentarme de un poco cultura en forma de Teatro, Museos, Clubs donde disfrutar de buena música y lo que mas me gusta, caminar por sus calles rodeado de gente, pero a la vez donde pasas totalmente inadvertido, donde no te sientes observado ni juzgado y eso lo echaba de menos.
 Me gusta  adentrarme en sus calles y descubrir rincones y lugares en la  que mi capacidad de asombro y sorpresa vuelven  a despertar de su letargo, puedes encontrarte desde un pequeña tienda de vinilos o una antigua librería a una pequeña plazoleta que parece de pueblo entre las grandes avenidas. Me parece una ciudad cosmopolita, abierta, acogedora y multicultural, una ciudad que te adopta y rápidamente hace que sientas que perteneces a ella. Es una  gran urbe pero a la vez  tiene  esa vida de barrios que hace que sea tan acogedora.... al menos para mí

Me quedé  en el  piso de unos recientes amigos en el barrio de los Jeronimos, un barrio bien del norte de la ciudad,desde la ventana de mi habitación podía contemplar la Puerta de Alcalá. Un barrio en el que estas rodeado por el paseo de Recoletos y la calle Serrano y donde una clase alta vive creo yo, un poco al margen del resto de la ciudad. La mayoría de lo edificios tienen unas fachadas muy clásicas pero en el interior descubres unos pisos modernos y  reformados con un gusto exquisito, con suelos de madera, vigas y ladrillos vistos y con grandes espacios diáfanos, unas maravillas solo para privilegiados ...los precios de este tipo de pisos están en torno a los 2 o 3 millones de euros....un pellizquíto.

La oferta de ocio era interminable, al ver la agenda cultural para esos días me quede boquiabierto y más teniendo en cuenta que en Vigo la oferta de cultura disponible  es como los trenes en la Norteamerica  del siglo XIX, pasa uno cada quince días y resto del tiempo te sientas a esperar en medio de un desierto rodeado de arena y un fuerte viento, es un arenal salpicado de vez en cuando con algunas gotas de agua
No digo que la oferta tenga que ser igual en ambas ciudades,ni mucho menos, lo que digo es que hay más oferta cultural en el salón de paquirrín que en la ciudad de Vigo.

Al final obviamente tuvimos que hacer una selección para esos días, empezamos en el Museo Nacional de Arte Reina Sofía, lo mas destacado en aquel momento era una exposición de Dalí. Aunque soy un profano en arte, experimento sensaciones visuales intensas al observar lienzos de una belleza y complejidad que están fuera del alcance de mi entendimiento, no puedo analizar una obra de Dalí pero sí percibo que es la obra de  una mente retorcida compleja y atormentada,un experto seguramente diría la mente de un genio y así es catalogado,yo creo que la línea que separa esos dos conceptos es muy fina y en algunos casos inexistente. En cualquier caso  mis sentidos experimentaron todo tipo de sensaciones que recorrían mi cuerpo y eso es para mí lo que me importa en cualquier expresión artística, me alimenta,  me hace sentir vivo, porque mis sentidos son puestos a prueba, esa es la única magia que entiendo del arte.


Luego en  dos días, hicimos casi en una maratón de obras de Teatro, vimos  Los Miserables en el Teatro victoria, un clásico , Cuando fuimos dos, en el Infanta Isabel, este era otro tipo de clásico pero de la vida real, una pareja decidiendo si lo dejan o vuelven a intentarlo, salí con la sensación de que esto lo veo en mi entorno todos los días, no hacía falta venir a Madrid para que me lo cuenten, Teoría de Cuerdas, teatro de improvisación en la sala Triángulo, se basan en la teoría que establece que existen multitud de universos paralelos que contemplan todas las posibilidades de lo que sucede a nuestro alrededor, como una misma película con diferentes finales y acabamos con Un día de perras en la sala Acting me gusto más la sala que la obra,  estaba en primera fila y era una sala bastante pequeña pero acogedora,  fue interesante ver  trabajar a los actores tan de cerca,casi pegados a mí, parecía que formabas parte tú de la obra,me gusto más la sensación que tuve que la obra en sí.

Por las noches no dedicamos a probar cocteles raros en las terrazas fantásticas de algunos hoteles  y algunas catas de vino en dos vinotecas que nos recomendaron, lo que supuso un pedo mas que importante , para luego explorar algunas salas de jazz donde experimentar la música muy de cerca, la mezcla de los cocteles que ya llevaba encima y  una música tan envolvente como el jazz y funky hizo que me transportara a otra época  en mi cabeza, fue lo más parecido a un viaje psicodélico pero sin el engorro y los efectos secundarios del LSD

Las horas pasaron volando pero era  muy consciente de haber disfrutado y aprovechado unos días maravillosos en esta ciudad. Y cuando me dí cuenta ya estaba cogiendo el coche rumbo a Vigo  y con la misma sensación que tengo siempre que dejo Madrid, que una parte de mí se queda allí, es una sensación muy real y sé que mi historia de amor con Madrid aún no ha terminado, espero algún día volver para quedarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario